2 abr 2024
Siempre nos han dicho que “quien tiene un amigo tiene un tesoro”, y este refrán es cada vez más útil en el mundo actual. Realmente no somos conscientes de lo importantes y determinantes que son las relaciones personales para el éxito personal y profesional.
Y disponemos de una herramienta, que no siempre solemos utilizar de la manera adecuada, para potenciar estas relaciones: NETWORKING.
Para muchos simplemente es el momento de tomarte un café, comentar algo de la jornada o la acumulación de “amigos” en las redes sociales. Pero es mucho más. La definición más completa que conozco me la dio @Antonio Domingo:
“Networking es el arte de crear, mantener y expandir nuestras redes de contactos construyendo relaciones de confianza”.
Es decir, no basta con crearlas y/o acumularlas Eso es como apilar ladrillos queriendo construir un muro, es necesario unirlos con cemento para conseguir que sea sólido. Con nuestros contactos debería ocurrir algo similar, debemos crear relaciones basadas en la confianza mutua que las haga perdurables. La esencia del networking está en crear relaciones honestas y duraderas.
¿Y para qué me interesa tener contactos y mantenerlos? El BENEFICIO está en que nuestra red de contactos nos puede ayudar a conseguir nuestros objetivos: aumentar nuestros clientes, conseguir un empleo o mejorar el actual, contactar con proveedores, descubrir oportunidades, obtener información o incluso temas más personales como pareja, amigos, ...
Y este networking también se puede realizar dentro de las organizaciones en las que colaboramos ¿para qué? Para descubrir conexiones en la empresa, potenciar relaciones, nuevos servicios, referencias, ... y reducir el coste de contactar con un cliente fuera de la red comercial podrían ser algunos buenos ejemplos. No es lo mismo una llamada en frio a alguien que no nos conoce de nada, que hacerlo de parte de un contacto común que asegura el nivel de confianza. La eficacia es totalmente distinta.
Habitualmente, cuando pensamos en networking pensamos en la red de contactos externa, fuera de nuestro entorno habitual de trabajo o familia. Las relaciones que establezcamos de esta forma “externa” nos permiten, a través de las conversaciones que mantenemos, enriquecer nuestras capacidades y disponer de una visión ampliada de nuestro entorno.
Y no debemos olvidar que también es necesario cultivar y trabajar el networking “interno”. Tanto a nivel profesional como a nivel personal, es habitual que se tienda a descuidar las relaciones con la red de contactos más cercana. Y muchas veces en nuestro entorno más cercano podemos obtener la ayuda necesaria para conseguir nuestros objetivos.
Ya en 1982 John Naisbitt publicó “Megatrends” donde se predecían la mayoría de las macrotendencias que se han producido a lo largo de estos años. Y la tendencia número 7 hacía referencia a las redes de personas y profesionales como nueva forma de organización como consecuencia de la sociedad de la información, la democracia participativa y la capacidad de los computadores.
Según varios estudios, la media de contactos profesionales está en 1.500. ¿De dónde surgen?
Desde pequeños ya creamos círculos de contactos: familiares, vecinales, compañeros de estudios. A medida que crecemos nuestros círculos se amplían, aparecen nuevos círculos, es decir, nuestra red de contactos es algo dinámico (compañeros de trabajo, clientes, padres de los compañeros de nuestros hijos, …). Cada persona con la que contactamos es como una semilla y el resultado que obtengamos de ella depende de nosotros. Por eso debemos cultivar estas semillas, y el método de cultivo lo denominamos habitualmente relaciones.
¿Cómo aportamos valor a nuestras relaciones? ¿Cómo podemos hacer que mejoren y así acercarnos más a nuestros contactos? Podríamos considerar que las relaciones son como un banco, con un importante componente emocional. ¿Y cómo funciona un banco? Para poder sacar algo del banco es requisito imprescindible haber entregado previamente una cantidad similar a la que pretendemos obtener. Es decir, para poder obtener ayuda de nuestra red de contactos es necesario haber proporcionado ayuda previamente. En algunos casos podemos conseguir un crédito, dependiendo de nuestra “solvencia” previa (confianza, antigüedad, …), pero no es algo de lo que se pueda abusar. Por lo tanto, para recoger, siguiendo con el caso de las semillas, es necesario sembrar previamente (parece obvio, ¿verdad?)
Por eso es tan necesario potenciar el networking. Es necesario trabajar la red de contactos, cultivarla, aportarle valor. Aunque, como casi todo lo importante en esta vida, el proceso no es inmediato y hay que dedicarle recursos, esfuerzo, tiempo tanto a generar contactos como a cultivar las relaciones. Y una de las técnicas más sencillas para mejorar nuestras relaciones es la conversación. El networking no es un monólogo. Debemos interesarnos por la otra persona, entender lo que hace y necesita. Y todo esto se consigue haciendo preguntas, sabiendo preguntar y haciendo escucha activa. Asimismo, es necesario prepararse para hacer networking, no se debe dejar al azar.
Por suerte, la tecnología está de nuestro lado. Y han surgido multitud de herramientas que nos ayudan y facilitan la tarea del networking. Al final se trata de facilitar todos los canales posibles de conversación para potenciar las relaciones y conseguir nuestros objetivos.
¿Incluyes el networking como una de tus habilidades esenciales para el dia a dia?